2.3. Durante la entrevista


Lo importante es obtener la respuesta

Se trata de obtener esa historia y no de “ganar”. Adoptar una actitud serena, calma, y con todo el tiempo necesario. El objetivo central de las entrevistas es obtener información y respuestas: las preguntas son simplemente un medio para un fin. Cualquier señal que deje traslucir sus emociones puede ser detectada por su fuente. Levantar una ceja, encogerse de hombros o esbozar una sonrisa. Son gestos que reflejan la reacción que genera la respuesta.

Una cara inexpresiva en la pantalla hace que mirar televisión se vuelva aburrido. Pero tenga cuidado y sepa cuáles son los límites. Un exabrupto les recordará a las fuentes que “están siendo juzgadas” por sus palabras y posiblemente se vuelvan más cautas en sus reacciones. Una provocación puede llevar a una pelea o a una retirada; la agresividad puede ser tan inapropiada que el mal parado termina siendo el periodista. Trate de que la interacción sean más reflexiva y menos espontánea. Si alguien provoca una discusión, puede ser para evitar tener que responder a sus preguntas.

Ir al punto

Las respuestas de las fuentes son más importantes que las preguntas capciosas o rebuscadas que pueda formular el periodista, que no debería apartarse de lo importante ni interrumpir al entrevistado. Un político o un hombre de negocios experimentado probablemente hayan concedido muchas entrevistas. Su tiempo es valioso y si quiere esquivar su pregunta sabrá cómo hacerlo. Entienden que si el periodista logra exponer problemas que ellos propiciaron perderán credibilidad, prestigio, dinero y puede peligrar su carrera. Se debe hacer una lectura cuidadosa de la situación y la persona; y si los intentos de plantear la pregunta en términos amables no dan resultado, hay que formularla sin rodeos. Si la respuesta obtenida no es fácil de entender, hay que reformular la pregunta. Algunas fuentes necesitan ordenar sus ideas y estarán agradecidas de poder ensayar una nueva respuesta. Se debe escuchar lo que dice el entrevistado y ver si realmente ha respondido su pregunta. Si no, se debe insistir para reasegurarse de haber comprendido bien la respuesta brindada; puede repreguntar (“¿O sea que lo que usted está diciendo es…?”).

Obtener una respuesta completa

Si un entrevistado no desea dar una respuesta precisa puede servirse de palabras como “recientemente”, “algunos”, “muchos” o “acción decidida”. En tal caso, se deben formular preguntas complementarias que demanden respuestas específicas, como “¿cuándo?”, “¿cuántos?”, “¿puede estimar el número?” o “¿qué va a hacer usted exactamente?”. Lo mismo ocurre con las preguntas cerradas. Un “sí”  o un “no” pueden ser utilizados por un entrevistado para dar por concluida una línea argumental en sus preguntas. Puede darse, sin embargo, que el periodista quiera obtener más información, por lo que necesitará formular una repregunta: “¿firmó usted el contrato?”, respuesta: “sí”, “¿puede explicar los motivos por los cuales lo firmó?”.

Hay que analizar cada respuesta antes de avanzar con la siguiente. Entrevistados hábiles saben cómo formular respuestas que solo parecen contestar a su pregunta. Al releer más tarde las anotaciones se descubrirá si la soslayaron. Usted había preguntado: “¿Envió usted drogas a la clínica en el distrito X?”. Y la respuesta que obtuvo fue: “Obviamente se cumplieron todos los procedimientos adecuados para la clínica”. La frase suena como un “sí”, pero no le provee de la información esperada. En este caso se debe seguir preguntando: “¿Qué drogas se enviaron?”, “¿En qué fecha se enviaron?”, “Qué confi mación tiene de que fueron enviadas?”, “¿Le confi maron que llegaron?”. Si no se entiende la respuesta, hay que decírselo al entrevistado. Admitir su confusión es mejor que pretender entender algo solo porque siente vergüenza de preguntar. En todo caso se puede decir: “No estoy seguro de si nuestros lectores o espectadores entienden la respuesta. ¿Puede explicarlo otra vez con palabras más simples?”. También puede parafrasear la respuesta: “Si entendí bien, Ministro, usted dice XY, ¿es así?”.

Documentación y referencias

Es conveniente tener a mano copias de comunicados de prensa, documentos, estudios o fotos que se puedan necesitar durante la entrevista, y hacer referencia a ellos en caso de que el entrevistado diga algo inesperado. Dejar prendido el grabador y mantener la mente bien despierta. Ambas cosas le van a proveer un registro de los eventos una vez concluida la entrevista. Si es oportuno, puede pedirse permiso para formular preguntas complementarias.

Evitar distracciones

Se trata de hacer una entrevista, no de entablar una amistad. El periodista está entrevistando a alguien para obtener información, no para ser halagado. Si el entrevistado dice: “Muy perspicaz su pregunta”, está haciendo un cumplido, pero también está ganando algunos segundos para pensar su respuesta.

Una vez terminada la entrevista, la fuente querrá descargar tensiones. Muchas veces, estos momentos agregan información nueva. Es el momento de saber si hay algo que le quiera preguntar al periodista. Es una cortesía, pero también la última oportunidad para explicar cómo y cuándo se publicará o emitirá la nota. Terminar la entrevista siempre con la siguiente pregunta: “¿Hay algo que omití preguntar?” o “¿Hay algo que usted quisiera agregar?”.

Compromiso

“Usted dijo que me dejaría ver la nota antes de su publicación, ¿no es así?”. No esté tan ocupado en guardar sus cosas e irse como para distraerse y acceder a mostrarle a su fuente la historia antes de ser publicada. El periodista debe explicar claramente qué fue lo que dijo: “No, lo que dije fue que usted debía hablar con mi editor si quería discutir ese tema. Aquí tengo sus datos de contacto”. Fuentes con mucha experiencia en medios usarán estos últimos minutos, en los que todos están apurados, para deslizar ese pedido. Por lo que el periodista no debería ser tomado por sorpresa sin aviso previo.

Consideraciones finales

A menudo, al final de una entrevista hay un momento en el que la fuente ya se siente más cómoda y baja la guardia. Es el momento para chequear conceptos, títulos o nombres que surgieron durante la entrevista, preguntar por un número de teléfono o un correo electrónico para clarificar alguna información más tarde y dejarle los datos de contacto o la tarjeta. Son importantes las cortesías finales. Es importante agradecerles el tiempo que se tomaron, aun si el entrevistado opuso todo tipo de obstáculos e incluso lo insultó. Las palabras deben ser sinceras, agradeciendo la disposición para hablar.

Si la entrevista aportó información de fondo o transcurrió en un tono amistoso, puede preguntar por otra fuente que pueda facilitarle información adicional. La posibilidad de usar el nombre de la persona como referencia puede abrir nuevas puertas.

Controlar las notas inmediatamente después de la entrevista

Hay que releer los apuntes en cuanto haya finalizado la entrevista porque es el momento en que mejor trabaja la memoria de corto plazo. Al dejar las notas para el día siguiente, puede olvidarse de qué significaban esos garabatos y abreviaturas, o qué era lo que se debía chequear tan urgentemente. Es el momento de completar lo que le faltó anotar e indicar si es necesario realizar entrevistas complementarias.