La mayoría de las historias surgen de las áreas de interés del propio periodista o de temas relacionados con una investigación anterior o actual. Pero se pueden inspirar en algo que se leyó en alguna parte o que surja de una experiencia personal, una conversación o un comentario casual hecho por alguien. No es fácil generar ideas que resulten en buenas historias todo el tiempo. Incluso puede ser la parte más difícil del trabajo periodístico.
Hay cierto romanticismo en los periodistas de investigación que comienzan a menudo su carrera con fantasías de ser contactados en oscuros callejones por alguien que les entrega documentos confidenciales. Sueñan con que una vez revelado el contenido, la historia aparezca en la tapa del diario y, si todo sale bien, lleve el nombre del autor destacado en negrita. Siguen elogios, reconocimiento y premios. Y a veces efectivamente ocurre así. Watergate comenzó con una información anónima que finalmente llevó a la renuncia del presidente Nixon. Pero en general, las llamadas anónimas o los documentos ultrasecretos son situaciones que se dan muy rara vez y en todos los casos deben ser chequeados con extremo cuidado. No se hace permanente referencia a Watergate solo porque fue un caso muy sonado, sino también porque es el ejemplo de un trabajo esmerado y determinado de los periodistas involucrados. Es, además, una gran historia sobre embustes políticos al máximo nivel.
En segundo lugar, un periodista siempre está de servicio. Tiene que mantener los ojos bien abiertos y detectar desagües tapados en las calles que transita rumbo a la oficina, largas filas donde se entregan pasaportes, el maltrato de la enfermera en un hospital, etc. Puede haber más ideas para una historia que requieren investigación y exploración que as que se aprecian a primera vista. Hay que tener en la libreta de apuntes una sección para ideas y anotar todo lo que observa o los interrogantes que se generan. ¡Mejor es guardarlas en el teléfono celular!
Tercero, los periodistas suelen lamentarse de no “tener evidencia suficiente” aun después de haber visitado el lugar de los hechos, hablado con las personas involucradas y anotado los detalles. Hay que saber que todo esto ya es evidencia. Algo que le ocurre al periodista no es menos válido como punto de partida para una historia que algo que le ocurre a otra persona. La ventaja es que sabe fehacientemente que está ocurriendo porque lo experimenta. Los periodistas son ellos mismos sus mejores testigos y siempre es preferible tener una experiencia y observación de primera mano para ayudar a moldear una historia, respaldado por apuntes detallados, tomados en el momento. ¡Nunca confíe en la memoria!
Un teléfono celular con una cámara potente es una enorme ventaja. ¡Hay que registrar esas fugas en la alcantarilla en el momento!