1.2. Lidiar con chismes y rumores


No hay ningún medio mejor para generar leyendas urbanas que radio pasillo. Los chismes y las anécdotas de vendedores ambulantes, choferes y pasajeros de taxis, caddies,  personas cercanas a políticos y policías, agentes inmobiliarios y clientes de bares y cafés se van extendiendo rápidamente. No obstante, los chismes y rumores pueden alertar  sobre tendencias y cambios reales. A menudo, los medios son acusados de fijar la agenda o de imponer a los lectores los temas de interés, pero el rumor también fija su propia  agenda. El periodismo tiene que mantener los ojos abiertos e identificar pistas para posibles historias, y tener los oídos bien alertas para escuchar qué discute la gente. La  desaparición de mujeres jóvenes, ¿es el resultado de la trata de personas? ¿Ha comenzado la gente a abusar de un nuevo tipo de bebida alcohólica casera? ¿Un conocido hombre de negocios dejó súbitamente de realizar sus gastos habituales? ¿Un alto oficial de policía comenzó a socializar con la élite delictiva? Los chismes se ocupan de todos estos temas  y muchas de sus historias serán ciertas. Pero los periodistas también deben preguntarse por qué la gente cree estas habladurías. ¿Qué nos dicen acerca de nuestros tiempos y  nuestro país? ¿Qué chismes circulan por Facebook?

El primer paso debe ser confirmar la validez del rumor siempre con fuentes confiables. Luego chequear con la comisaría local si se ha denunciado que una joven falta de su casa,  y con médicos los casos de abuso de alcohol. Preguntar a los empleados del hombre de negocios cómo le está yendo a su empresa y consultar con analistas de mercado cuáles son  las tendencias y si este empresario vendió recientemente activos. Observar cómo se mueve el policía sospechado. Solo una vez corroborado que el rumor tiene cierto fundamento  se puede planificar la historia.