1.3.1. Estructura de la historia y estilos


Existen tres estructuras básicas para ordenar el contenido de una historia, al margen de que se trate de un informe de investigación, una noticia dura o un artículo de información general:

  1. 1. cronológica – la historia se va desarrollando en un período extenso de tiempo; la sucesión de eventos es el foco de la investigación.
  2. 2. crónica – se siguen los acontecimientos en un momento particular y se narran tal como se van
  3. 3. argumentativa – la historia gira alrededor de temas y argumentos (en función de la historia específica).

La escritura parte de clasificar el material en diferentes secciones: tema, personajes, conflictos y hallazgos. Cuando se trata de una historia relativamente simple, estas secciones, con una introducción y una conclusión, pueden perfectamente resultar en la versión final.

A la hora de redactar un reportaje, el estilo literario es secundario, porque los temas y hechos son el verdadero tema de interés para los lectores. Existen diferentes “recetas” y aproximaciones que aconsejan quienes enseñan a escribir reportajes de investigación, que son más largos y complejos que una típica noticia. La forma y estructura permite a los lectores una guía para avanzar en una trama compleja. Las tres estructuras más comunes del periodismo de investigación son:

(A) La fórmula del ‘Wall Street Journal’, que involucra tres pasos:

  1. 1. presentar una persona o situación para poner en escena el caso individual y los problemas;
  2. 2. pasar del caso individual a abordar los problemas sociales a través de una anécdota que explique la relación entre el problema individual y el general;
  3. 3. retomar el caso inicial para llegar a una conclusión humana, de impacto social.

(B) ‘Las cinco del periodismo’ modelo desarrollado por Carol Rich, docente de escritura, que propone las cinco secciones siguientes:

  1. 1.  Noticia (¿qué paso o qué está pasando?)
  2. 2. Contexto (¿cuáles son los antecedentes?)
  3. 3. Alcance (¿se trata de un incidente, una tendencia local, un tema nacional?)
  4. 4. Límite (¿a dónde conduce?)
  5. 5. Impacto (¿por qué deberían preocuparse los lectores?)

Esta estructura requiere la habilidad de escribir buenos enlaces, de modo que los cinco elementos se combinen adecuadamente. De lo contrario, pueden parecer cinco historias cortas planteadas una detrás de otra. Pero puede ser una excelente estructura para una historia más larga publicada en la web, que puede dividirse en secciones más accesibles para los lectores.

(C) La pirámide

La aproximación tradicional de las noticias de actualidad era la llamada “pirámide invertida” (hechos importantes primero, material de soporte menos importante detrás). El periodismo de investigación invierte la pirámide en una nueva estructura que permite ir despertando el interés de los lectores a lo largo de toda la historia, llevándolos a través de sus descubrimientos hasta el remate:

  1. 1. Comenzar con un resumen del
  2. 2. Anticipar algunos detalles de su
  3. 3. Avanzar paso a paso a través de la investigación, manteniendo vivo el suspenso y construyendo la historia hacia el descubrimiento más impactante, como si estuviera escribiendo un descubrimiento científico o una novela de
  4. 4. Dejar para el final la información más

Cada una de estas recetas toma prestado algo de las herramientas literarias. No se trata de escribir ficción, sino de emplear técnicas propias de la literatura. Todo periodista es también un narrador de historias, de buenas historias y además reales, que es la base del periodismo narrativo.

Según la autora Susan Eaton,

‘los periodistas narrativos tienen la autoridad que les confiere toda su labor previa: consideraron la secuencia y las piezas del rompecabezas. Tomaron en cuenta todo desde diferentes perspectivas. Leyeron la literatura académica. Armaron la historia que recopila todo esto para que sus lectores puedan comprenderla. Ordenaron las piezas en una determinada secuencia que les dio sentido. (…) Hacer esto es lo que le otorga a usted la autoridad, no necesariamente de decir qué política es mejor (…) pero más específicamente de nombrar el meollo de la cuestión. (…) Esto es muy diferente a editorializar (…) usted se imagina a sí mismo como un guía que ayuda a las personas a navegar a través de la confusión.’

Ambas descripciones suenan como si la aproximación narrativa estuviera hecha para el periodismo de investigación. No obstante, sea cauteloso. Danny Schechter, periodista de investigación estadounidense, notó en su documental sobre la cobertura de la guerra de Irak Armas de decepción masiva un problema básico de la aproximación narrativa: al concentrarse en las historias individuales, el enfoque narrativo hizo posible que algunos medios estadounidenses ignoraran temas y argumentos muy controvertidos. Eso no desvaloriza el enfoque narrativo. Simplemente sirve como recordatorio de que al igual que toda otra técnica, la narrativa debe ser usada hábil y conscientemente dentro del contexto apropiado.

Algunas de las herramientas del periodismo narrativo son:

Retratos y ambientación: Si se opta por la aproximación que sugiere The Wall Street Journal, se debe tener una mirada muy perspicaz para los detalles a lo largo de todo el proceso de investigación. Se debe describir la escena central de modo que los lectores la sientan real y convincente. Eso no significa que deba documentar todos y cada uno de los pormenores minuciosamente (no tiene espacio para eso), sino seleccionar unos pocos detalles auténticos y reveladores para enriquecer su historia.

Pistas, indicios: Al escribir una historia de investigación, es importante suministrar a la audiencia pistas e indicios al comienzo que le indiquen hacia dónde conduce la historia. Esta técnica es para la estructura piramidal: va descubriendo los detalles necesarios para mantener interesado al lector hasta que revela los resultados finales de la investigación.

Ritmo, estructura, palabras: Otro aspecto a tener en cuenta es la importancia del ritmo en la escritura. Cada uno de los movimientos narrativos, la estructura y las palabras que elija definirán el ritmo de la historia. Frases y palabras cortas aceleran el ritmo. Frases más largas lo enlentecen. Transmitir una gran cantidad de información técnica en un solo párrafo obligará al lector a leer más lentamente, aun si las frases son cortas. Antecedentes y contextos recargados, innecesarios, llevarán la historia a un punto muerto mucho antes de llegar al final. Pregúntese siempre si una cosa agrega valor a la historia o solo suma palabras. Quite todo texto innecesario.

Leer la historia en voz alta le permitirá sentir el ritmo narrativo y la cadencia del texto. Pero también podrá sentir cuándo la historia se vuelve lenta, o densa y difícil de seguir. El oído es su mejor editor y dirá cuándo ha perdido la voz humana natural como escritor o dónde el lenguaje se ha vuelto tortuoso, complejo, incorrecto, impidiendo que la lectura fluya. Escribir la historia en un estilo ameno, conversacional, como si estuviera hablando con el lector, permite que este pueda identificar su voz en el relato. Sin embargo, recuerde que el habla involucra elementos como tono, gestos, contacto directo con su interlocutor y expresión, y siempre se transmiten a través de la escritura, por lo que deberá ajustar su trabajo a esa situación. Una gramática y puntuación correctas agregan tono, énfasis y matiz al texto escrito: asumen el trabajo que las manos, los ojos y los músculos de la cara realizan en la comunicación oral.